Economia alternativa en Africa: las tontines - MAD ÁfricaEconomia alternativa en Africa: las tontines - MAD África

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9/octubre/2018

Economia alternativa en Africa: las tontines

Este el el Boletín 2 del proyecto Educadundu, que tiene como objetivo la visibilización de estrategias de la buena vida africana

Uno de los ejemplos más ilustrativos de estas dinámicas de economía alternativa en África es, sin duda, la versión africana de la “tontina”. Recibe este nombre en referencia a su creador, Lorenzo Tonti, banquero napolitano que diseñó en el siglo XVII un sistema para facilitar la obtención de préstamos de forma vitalicia (la primera experiencia fue la Tontina Real Francesa en 1653). Hoy en día, el término se aplica para designar prácticas de ahorro rotativo, muy utilizado en África, Asia y América Latina. En inglés, se llama Rosca (Rotating Saving and Credit Associations), pero en África, por ejemplo, cada país/idioma la denomina de una forma diferente:  en Guinea Ecuatorial, Camerún y Gabón se llama “Ndjengué”, “Ndjangui”, “Esuan” o “Alason”; en Nigeria la llaman “Meeting”; en los dos Congos “Likelemba”; en algunas partes de Senegal se llama “Mbotaye” o “Naat”; en Suráfrica “Stokvels” (Llavors, s.f.). Tontine es el término más utilizado en la África francófona.

Las Tontines son un sistema de ahorro y financiación colectivo de diversos tipos (de previsión, de créditos, para las celebraciones, para el comercio, para gastos funerarios, para trabajo, etc.) que tienen como objetivo no simplemente la capitalización de recursos económicos, sino también la prestación de servicios a los miembros con dificultades, atiendo a cuestiones sociales y culturales. Según Mañana (2008), las más importantes son las Tontines “mutuas o de solidaridad”, que se basan en la rotación de fondos (pueden ser dinero u otros bienes). En este caso, el objetivo es promover acciones solidarias y prestaciones gratuitas entre sus miembros. El ejemplo que nos cuenta esta autora es el de las mujeres vendedoras de plátanos en el mercado SEMU de Malabo. Su Tontine está compuesta por una veintena de mujeres que recaudan desde vajillas y cubiertos hasta alimentos y, en caso de una emergencia (un incendio, robo u otra incidencia) el colectivo se moviliza para socorrer a la víctima.

Pero también existen las Tontines “comerciales” que actúan como verdaderos mercados financieros locales, no reguladas por los poderes públicos y por supuesto ajenas al sistema bancario formal, donde miembros de una misma comunidad aportan periódicamente (semanalmente, mensualmente) cierta cantidad de dinero y en donde el acceso al fondo es rotatorio. Cuando algún miembro del grupo necesita recursos económicos, recibe aportaciones del fondo, de manera que la cantidad de dinero recibida es muy superior a la aportada, permitiendo esta persona hacer frente a grandes desembolsos para, por ejemplo, la creación de un negocio, pero también para los gastos de una boda, médicos, dotes o un funeral. Esta una salida para muchas mujeres africanas, principalmente en zonas rurales y agrícolas, pues gran parte de los bancos comerciales no les concede créditos por el riesgo de que no sean capaces de pagar su deuda, debido al lento o escaso beneficio que sacan de su trabajo a pequeña escala.

Sin embargo, independientemente de la finalidad de la Tontine (de ayuda mutua o más bien comercial), lo importante es el respeto, la confianza mutua y la solidaridad que existe entre sus miembros. Por un lado, se basan en la “palabra dada” (Mañana, 2008), no se firman contratos registrados, no se cobran intereses, no hay gastos de mantenimiento y no se devuelve el dinero recibido. Por otro lado, el apoyo no viene solamente a través del dinero o bienes arrecadados, sino que las personas involucradas ofrecen cualquier tipo de ayuda en una situación de emergencia ajena. Aquella persona que incumple los compromisos asumidos en una Tontine es privada no solamente de seguir participando, sino que recibe también una dura “sanción social”, perdiendo el respeto entre su colectivo, muy valor importante en las comunidades africanas.

El ahorro atiende al objetivo de las participantes para comprometerse consigo mismas, tanto más complejo en el contexto de la incesante redistribución de bienes en las sociedades africanas, mientras que el crédito se desprende del compromiso adquirido con las demás. Así, repartiendo crédito económico y, llegado el caso, descrédito social, la tontine permite transformar el capital social de las mujeres del grupo en capital económico

(Giansante, 2017)

Desde los años 80, la crisis económica surgida de la aplicación de políticas de ajustes estructurales impuesta por el Fondo Monetario Internacional a los países africanos, ha dado lugar a altas tasas de desempleo, principalmente entre los hombres. Dichas políticas de reajuste han fracasado, bien como los sistemas de seguridad social y sistema bancario que le acompañaban. En este contexto, las mujeres africanas han logrado salir adelante a través de la participación en Tontines, garantizando una especie de “Estado de bienestar a la sombra” (Ob. cit., 2017). En este sentido, participar en una Tontine favorece la autonomía y el empoderamiento de las mujeres, contribuyendo al sustento y al cuidado de comunidades enteras.

En un continente donde casi el 86% de los empleos son informales (67,3% en África del Norte y 89,2% en África Subsahariana, y casi todo el sector agrícola, cerca del 98%), según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), siendo principalmente las mujeres las que se ocupan los trabajos más “precarios”, las Tontines vienen siendo un sistema de ahorro que está desafiando a las instituciones bancarias tradicionales (Mañana, 2008). De acuerdo con la OIT, los sistemas de ahorro alternativo son el sector que absorbe entre el 50 y el 90% de la economía de la población activa de las ciudades africanas, representando entre un 30 y un 75% del PIB de la mayoría de los países africanos. Los datos son poco precisos y se escapan de las estadísticas de los gobiernos e instituciones, ya que el flujo monetario circula al margen del control de las grandes instituciones bancarias, tales como el FMI y el Banco Mundial.

En el siguiente boletín conoceremos un ejemplo de la totine sevillana.