Abierta la convocatoria para recopilar buenas prácticas educativas antirracistas
Hasta el día 31 de julio MAD África estará recopilando prácticas educativas antirracistas llevadas a cabo tanto en el ámbito formal como en el no formal para incluirlas en un Portal WEB de educación
¿Por qué impulsar una educación antirracista?
Desde MAD África entendemos que una educación verdaderamente transformadora no puede ser neutral frente a las desigualdades. Por eso, defendemos y promovemos una educación intercultural crítica y antirracista, que confronte los estereotipos, las jerarquías fenotípicas y el racismo estructural desde las primeras etapas educativas.
A través de iniciativas como la Afroescuela, nuestros cursos de formación crítica en narrativas migratorias y educación antirracista y la Red internacional Repensar la Educación desde el Antirracismo, trabajamos para construir comunidades educativas más justas e inclusivas.
Sabemos que la educación puede reproducir o resistir las desigualdades estructurales. Por eso, apostamos por prácticas pedagógicas que se sostengan en el desmantelamiento del racismo estructural, epistémico e institucional, y en la construcción de espacios donde infancias, juventudes, familias y comunidades racializadas puedan aprender, crecer y vivir con dignidad.
¿En qué consiste esta convocatoria?
Queremos recopilar experiencias educativas antirracistas llevadas a cabo tanto en el ámbito formal (centros educativos, universidades) como en el no formal (asociaciones, colectivos, entidades de educación popular). Las prácticas seleccionadas pasarán a formar parte de la Web de Recursos de Educación Antirracista, que estará disponible en noviembre de 2025.
¿Cómo participar?
- Plazo de recepción de propuestas: del 15 de junio al 31 de julio de 2025.
- Modalidad de envío: a través de este formulario en línea.
- Revisión: las prácticas serán evaluadas por el equipo de MAD África.
- Comunicación de prácticas seleccionadas: antes del 30 de septiembre de 2025.
- Publicación: en octubre se difundirá un informe con las prácticas seleccionadas, y en diciembre se publicarán en la Web de Recursos de Educación Antirracista.
Fundamentos pedagógicos
¿Qué entendemos por prácticas educativas antirracistas?
Son aquellas prácticas que no solo incluyen la diversidad en el discurso, sino que desmantelan activamente las raíces del racismo, tanto en el currículo como en la vida cotidiana de las escuelas. Apuestan por una pedagogía del reconocimiento, de la memoria y del cuidado, donde niñas, niños y adolescentes racializados puedan verse, nombrarse y vivirse desde la dignidad. Algunos fundamentos que tenemos como base:
Racismo estructural y colonialidad: El racismo no es un problema individual, sino una estructura que se sostiene sobre procesos históricos de colonización, esclavización y jerarquización de cuerpos y saberes. Siguiendo a Aníbal Quijano y Frantz Fanon, el racismo debe abordarse como una lógica de poder que atraviesa también la educación.
Pedagogía crítica y decolonial: Inspiradas en Paulo Freire y en las pedagogías decoloniales latinoamericanas, abogamos por una educación que permita nombrar el mundo, cuestionar las normas y transformar lo aprendido. Una educación comprometida con el aprendizaje dialógico, situado y orientado hacia la justicia social.
Interseccionalidad: No todas las infancias racializadas viven el racismo de la misma manera. El género, la clase, la religión o la discapacidad se entrecruzan en sus experiencias configurando experiencias complejas de discriminación. La interseccionalidad, conceptualizada por Kimberlé Crenshaw,, es una brújula imprescindible para comprender estas interacciones y diseñar respuestas educativas inclusivas y justas.
Enfoque de derechos humanos y justicia racial: Las prácticas educativas deben promover la garantía efectiva de los derechos humanos, reconociendo que las personas racializadas han sido históricamente excluidas de estos marcos. Este enfoque se basa en tratados como la Convención sobre la Eliminación de la Discriminación Racial (ONU) y se nutre de experiencias como el Movimiento por las Vidas Negras (Black Lives Matter).
Interculturalidad crítica y decolonial: La interculturalidad decolonial busca justicia, reparación y dignidad para los pueblos históricamente oprimidos. Supone aprender desde saberes y voces diversas así como construir relaciones más horizontales entre culturas. Como señala Arturo Escobar requiere una “política del lugar” que reconozca la agencia epistémica de los pueblos. Es fundamental no confundirla con otros enfoques de la educación intercultural que, aunque promueven la diversidad, no cuestionan el racismo estructural que la condiciona. Estos enfoques superficiales y funcionales tienden a folclorizar la diversidad, a evitar el conflicto y a mantener el eurocentrismo como centro epistémico, sin reconocer a las personas racializadas como sujetas políticas y epistémicas.
Critérios para la selección de las buenas prácticas
Recopilando los aportes de pensadoras y pensadores negros, entendemos que una educación antirracista no puede limitarse a la inclusión simbólica o acciones puntuales. Es una práctica política, afectiva, colectiva y profundamente transformadora.
Presentamos a continuación algunos criterios orientativos. No son fórmulas cerradas, sino marcos que deben adaptarse a cada contexto y comunidad educativa:
Criterio 1. Contar con la experiencia y el conocimiento de las personas negras y racializadas.Priorizar saberes situados, voces de personas racializadas como sujetos epistémicos y sus experiencias vividas como fuentes legítimas de conocimiento. Ejemplos: Uso de textos, cuentos, videos, arte y relatos creados por personas negras (o personas con conciencia racial y/o una postura decolonial) en áreas como historia, ciencia o literatura. Referente: Audre Lorde advertía “Las herramientas del amo nunca desmontarán la casa del amo”. Una buena práctica antirracista no puede usar las lógicas eurocéntricas para hablar de diversidad.
Criterio 2: Visibilizar las historias ocultas y confrontar el silenciamiento histórico. Incorporar la memoria histórica negra (esclavización, resistencias, culturas africanas y afrodiaspóricas) como parte fundamental del currículo y adaptarlo a diferentes momentos y ciclos de vida. Ejemplos: Proyectos de investigación con el alumnado sobre personas negras referentes en su comunidad o país, uso de pedagogías afrocentradas o revisiones de los currículos institucionales para incluir perspectivas históricas y contrahegemónicas. Referentes: Angela Davis y bell hooks insisten en que educar es leer críticamente la historia y denunciar las violencias estructurales.
Criterio 3: Fomentar el pensamiento crítico radical desde edades tempranas. La práctica antirracista debe enseñar a cuestionar el mundo tal como es y a imaginar mundos distintos. Ejemplos: Diálogos sobre estereotipos, análisis de medios, debates sobre lenguaje o desigualdades sociales con preguntas potentes que promuevan reflexión y acción. Referente: bell hooks propone una “enseñanza transgresora” que involucre al cuerpo, la mente y el espíritu, y que ponga el deseo de justicia en el centro.
Criterio 4: Cultivar el orgullo identitario y la autoestima racial. Es esencial que infancias y adolescencias racializadas puedan construirse desde el amor propio, la afirmación identitaria y la belleza de su diferencia, percibiendo con dignidad, belleza y poder.
Ejemplos: Actividades de reconocimiento del tono de piel, autoretratos con palabras de poder o cuentos con protagonistas negros. Referentes: Frantz Fanon y María Lugones (aunque no es negra, recoge perspectivas afrodiaspóricas) hablaron del daño psíquico del racismo y la necesidad de procesos de afirmación identitaria.
Criterio 5: Educar para la acción colectiva y la transformación social. No basta con “tolerar la diversidad”, hay que educar para resistir, organizarse y transformar. Las buenas prácticas educativas no deben limitarse a “visibilizar la diversidad”, sino a generar conciencia que nos acerca a generar una interculturalidad crítica y decolonial en compromiso con la transformación social. Ejemplos: Campañas escolares contra el racismo, vínculos con colectivos antirracistas locales, aprendizaje-servicio con perspectiva política. Referente: Assata Shakur afirmó: “Nadie en el mundo ha conseguido su libertad apelando al sentido moral del opresor”.
Criterio 6: Basar las prácticas en el cuidado, la escucha y el juego como resistencia. El afecto, el cuidado mutuo y el gozo son también estrategias de resistencia frente al racismo y una vida sin miedo. Ejemplos: Espacios de sanación emocional, cuidado mutuo y gozo colectivo. Reivindicar el juego, la música, el arte afro como lenguajes de liberación, reconocer la influencia africana en las diferentes formas de arte y cultura que conocemos actualmente (ej: flamenco, algunos instrumentos o ritmos musicales, etc.). Referente: Tricia Hersey (The Nap Ministry) y Octavia Butler nos invitan a ver el descanso, la imaginación y el autocuidado como estrategias políticas antirracistas.
Criterio 7: Formación permanente y posicionamiento ético del profesorado. No hay prácticas antirracistas sin una profunda revisión del rol docente. La formación y el compromiso ético son imprescindibles. Ejemplos: Formación continua en racismo estructural, espacios de revisión de privilegios y participación en redes docentes antirracistas. Referentes: Patricia Hill Collins y Robin DiAngelo coinciden en que el profesorado debe reconocer su papel en la reproducción (o transformación) de las estructuras raciales.