¿Qué raro es todo? ¿Qué puedo hacer?
Escrito por Tina.
Hoy me he levantado totalmente desorientada buscando inútilmente la mosquitera pegada a mi cara, a los compañeros hablando francés o al pan con atún y cebolla. Al abrir los ojos el paisaje era totalmente distinto, y sobre todo no estaba bañada en sudor. Hasta aquí todo pueden parecer ventajas pero no ha sido así. Desde que regresamos, para mí todo está siendo muy extraño. Como si esta nunca hubiera sido mi casa ni hubiera estado acostumbrada a esos lujos que allí nos han faltado. Hoy echo de menos hasta el agobio de Fontane gritando »Es la hora es la hora, on y va, on y va, on y va!!!». Echo de menos absolutamente todo y sobre todo a nuestra familia de Scouts de Senegal. El solo recordar el momento de la despedida donde casi todos llorábamos hace que se me salten las lágrimas y me crezca un vacío en el pecho.
Estoy contentísima por todas las experiencias que hemos vivido y quisiera volver al día 19 de nuevo para vivirlo todo otra vez y disfrutarlo aún más, pero esto no es posible. Me ha encantado cada uno de los momentos que hemos vivido con la familia scout, y también con todas las personas de las asociaciones que hemos conocido. Todavía tengo en la cabeza la realidad de los niños talibé o la fuerza y vida de la gente de Hahatay. No paro de revivir las charlas y debates generados espontáneamente después de comer con un vaso de té o por las noches, aprovechando la leve brisa que aparecía. Me ha encantado hablar y hablar sobre cómo hacen las cosas y cómo las hacemos nosotras, me ha encantado hasta probar sus típicos platos con lo especial que soy yo para la comida… me ha encantado reír y llorar con ellos como si fueran amigos míos desde mi infancia y sobre todo descubrir que África no se parece en nada a todo lo que pintan en la tele. Pero contarlo por aquí no sirve de mucho, es algo que tienes que vivir y sentir con todos los sentidos.
Hay gente que me pregunta ¿cómo estás? ¿Qué has hecho en Senegal? ¿Qué has aprendido? Pero realmente no quieren escucharme, quiere que le relate lo que consideran que saben de Senegal. No quieren que les hable de Sophie, de Fontane, de Abdou o de Fatou.
Tenemos que hacer algo, tenemos que conseguir que nuestras niñas y nuestros niños quieran aprender, quieran compartir y quieran conocer a personas de otras partes del mundo.