Diario de viaje Senegal III: empiezan los estudios
El diario de viaje continúa. Esta vez de la mano de Anabel Quintero:
5 DICIEMBRE
Durante este día estuve toda la tarde entre libros leyendo en francés y aprendiendo mucho sobre los movimientos de mujeres en Senegal.
Ya por la noche, muy cansada, de repente comienzo a escuchar sonido de tambores en la calle ¡tambores! Salí corriendo al balcón a ver qué pasaba. Los chicos de Scouts de Senegal, de la región de Dakar, estaban ahí haciendo en círculo con sus tambores junto con los otros scouts españoles (del proyecto Dundu, www.proyectodundu.com, otro proyecto de MAD África) tocando, cantando y bailando! Me dije, ¿Qué mejor descanso de estudio que este? Fue increíble, pasamos más de una hora cantando sus canciones en wolof y bailando con ellos. Todos juntos y súper alegres.
En ese momento sentí que el idioma no es una barrera, que hay muchas otras formas de comunicarse y de entenderse; aprendimos todos los bailes con ellos y todo parecía fluir como si nos conociéramos todos desde siempre. Hicimos varios corros unos detrás de otros, los chicos nos sacaban a bailar a las chicas para que nos animáramos también… en un momento hicieron una especie de juego en el que había que de a dos ir moviéndonos bajando hacia el suelo a la vez que movíamos los brazos de un lado a otro del cuerpo haber quien aguantaba más, ¡fue muy divertido! Después nos dijeron que ahora nos tocaba a nosotros…yo no soy mucho de bailar, pero los chicos se arrancaron y nos enseñaron, a ellos y a Alicia y a mí, algunos bailes scouts. Al final de todo hicimos un juego para aprender los nombres de todos, había que decir tu nombre, y después el siguiente tenía que decir el suyo y el tuyo…así hasta unos veinte nombres, nos reímos un montón porque el que se equivocaba tenía que bailar y volver a empezar.
6 DICIEMBRE
Este día fue muy tranquilo, lo pasé de nuevo entre libros para preparar la reunión con mi tutora Fatou Sarr. Pero a la noche, como a todas y a Pap nos apetecía comer algo diferente fuimos a una pizzería junto con un amigo de él. El restaurante se llamaba Le Regal, nos explicaron ellos que significa algo así como el festín o la buena comida y que “se regaler” significaba comer bien o llenarse mucho de comida. ¡Nos lo tomamos al pie de la letra y pedimos una pizza para cada uno! Yo además pedí un entrante de hummus ¡estaba delicioso! Nada que ver con el que había probado. Después tanta comida nos pasó factura, todas malitas de la barriga…