El baile como herramienta para renacer
Hassan Diop nos recibe en la entrada de su casa con una sonrisa que difícilmente se le quita de la cara. Su pelo ya da señales del paso de los años y su enorme familia permite entender que la vida de Hassan ha debido ser muy placentera. A sus 63 años, este senegalés originario de Thiés es toda una referencia en el mundo de las artes escénicas de su país.
Con tan solo 14 años comenzó a bailar en fiestas organizadas por quienes en aquellos años ostentaban el poder en su país. Descubrió sus dotes por la danza casualmente y desde entonces no ha hecho más que crecer en este arte. A día de hoy posee su propia academia en la que más de 150 personas reciben formación durante el año.
“Jamás imagine que el baile tuviera tantos beneficios para la salud. Es algo que siempre hemos hecho, pero nunca le dimos la importancia que se merecía” asegura Hassan. Buena parte de su alumnado son jóvenes que, al igual que su profesor comenzaron a bailar desde muy jóvenes. “En este país, ser niño a veces puede ser duro” se refiere Hassan al hablar de los jóvenes talibés, niños y niñas que viven en las calles vinculados a las madrasas islámicas.
“Este espacio que veis está completamente libre de violencia y discriminación. Se creo para el disfrute de todo el mundo, por eso la gente quiere pasar tiempo aquí” apunta Hassan. La escuela de baile también cuenta con un grupo cerrado de mujeres que llegaron al centro escapando de la violencia doméstica que enfrentaban en sus hogares.
“A veces hemos tenido que enfrentarnos a los maridos de estas mujeres que vienen a buscarlas durante las clases. Me encantaría poder trabajar también con ellos para hacerles ver que no todo se resuelve con violencia” dice Hassan mientras despeja el salón de baile antes de que comience la primera clase de la tarde. “Lo bonito de la música es que relaja a cualquier fiera” concluye.
Este ensayo forma parte del Proyecto «África en las universidades andaluzas: estudiantes transformando el mundo, a través del intercambio de conocimiento con la Universidad Cheik Anta Diop (Dakar-Senegal)», financiado por la AACID. Escrito por D.
