Reflexiones sobre el racismo en España - MAD ÁfricaReflexiones sobre el racismo en España - MAD África

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26/marzo/2022

Reflexiones sobre el racismo en España

Lis Regis Dias, participante del curso de formación de voluntariado universitario del Proyecto Baramu 2, reflexiona sobre el racismo en España tras el encuentro que tuvieron con miembros de la Asociación ASNUCI en Lepe el pasado 19 de marzo.


Estar en Lepe, y ver la realidad de los chicos que trabajan en el campo de allí, me hizo pensar en algo que creo que siempre está presente cuando hablamos de racismo: me refiero al colonialismo y al eurocentrismo. El hecho de que haya un grupo de chicos negros en una comunidad mayoritariamente blanca, trabajando y viviendo bajo condiciones muy precarias, totalmente aislados del resto de la comunidad, me recuerda a lo que fue (y es) la esclavitud, en términos prácticos y simbólicos. Hay una economía por detrás de toda esta explotación de los inmigrantes que vienen a “robar el trabajo” a los españoles, trabajo precarizado y mal pagado que probablemente no se sostendría si no fueran los inmigrantes.

Al final, ¿quién quiere trabajar bajo estas condiciones?

Y de ahí puede venir la pregunta: ¿por qué estas personas aceptan este tipo de trabajo? La respuesta podría ser que porque en sus países las condiciones son peores. Pero entonces por qué en sus países las condiciones son peores? ¿Por qué estas personas dejan sus países de origen y vienen aquí a ser explotadas? Claro, esto tiene que ver con el sistema capitalista de producción y el colonialismo, que ha convertido el mundo en una cadena en la que unos países tienen sus recursos y su pueblo explotados para que otros países puedan garantizar derechos básicos, calidad de vida y mayor igualdad a su población; y además fardar de buenos, de ejemplo a seguir, de “primer mundo” y “desarrollados”. Los países que no son como ellos, la gente que no vive como ellos, es que no supieron hacerlo bien. De ahí también viene la idea de superioridad europea y de la raza blanca, al final, todo lo que se parezca a lo que existe en una sociedad exitosa debe ser un ejemplo a seguir. Pero qué es lo que sostiene esta sociedad exitosa? Los trabajadores de Lepe es una de las respuestas a esta pregunta, que tiene muchos niveles de complejidad.

Antes de venir a España no conocía en detalles las relaciones que tiene el país con África, tampoco sabía de la existencia de Lepe y la cuestión de las fresas. Desde que vine la primera vez, en 2019, me preguntaba cómo sería el tema del racismo por aquí, y de hecho he escuchado de mucha gente que “en España no hay racismo”, porque “apenas hay negros”. Después de estar un día entero limpiando un piso, alguien me dijo que estuve “trabajando como una negra”. Yo creo que la existencia de expresiones como esta dicen mucho de la presencia del racismo en una sociedad, aunque sea indirecto y estructural. Y de hecho, en Lepe, al caminar por el pueblo con un grupo de chicos negros, se veía la mirada rara de las personas, como si fueran cuerpos no deseados en aquél espacio.

También me di cuenta de que en los restaurantes no habían personas negras, aunque esta población esté presente allí. ¿Qué pasaría si nos sentáramos con estos chicos en uno de los restaurantes de la playa, llenos de españoles blancos?

Por fin, me acuerdo de que los chicos hablaron de la necesidad de que se desarrolle algún tipo de programa para que ellos puedan ser escuchados. Cambiar de país puede ser una experiencia difícil, y más dentro de estas condiciones. Que haya algún tipo de soporte allí, psicólogas negras, personas capacitadas que sepan hablar su idioma y puedan conducir grupos terapéuticos, por ejemplo, pueden ser de gran utilidad para que estas personas estén más amparadas en un contexto cruel. Y no hablo del amparo que calla, que amansa, para que ellos estén tranquilos a pesar de la explotación que viven. Hablo del amparo que emancipa, que empodera, que hace con que sea posible que vean su valor, sus fortalezas y su potencia. Que no permita que el racismo, la precariedad y el desamparo discursivo les mortifique y que no se olviden del hecho de que son personas, tan personas como los europeos blancos.

Por Lis Regis Dias